A un desconocido

Estoy tratando de jugar contigo un juego antiguo, un acto sagrado para algunos, uno prohibido, uno sanador, uno pervertido, uno hermoso o ni siquiera sentido.

O simplemente todos a la vez sin máscaras ni emociones aprendidas.

Mi “qué dirán” se hizo persona, es un yo empoderado sin miedo y sin filtros, habla claro y me da seguridad con su verborrea mecánica.

Dicen que el primer paso es reconocer el problema, el problema es que no estas aquí para comprobar todas estas teorías.